lunes, 15 de junio de 2009

Definiendo La Democracia

Por Roberto Chahin

En los últimos meses hemos escuchado la tesis que el “soberano” pueblo esta por arriba de la ley, y por eso se podrá modificar la constitución hondureña no importando las tecnicalidades legales a que se enfrenten. Esta tesis implica que la democracia se define como el reino soberano de la mayoría de los votantes sobre el resto de la sociedad. El problema es que esta democracia directa y absoluta tiene una multitud de consecuencias trágicas para los derechos de los individuos que forman parte de la sociedad.

Como lo demuestra la historia, la democracia directa y absoluta puede ser trágica para los individuos y grupos minoritarios de la sociedad.

La democracia directa se implemento por primera vez en la antigua Atenas. Este sistema permitió hechos como el destierro de los individuos no deseados por la mayoría. Ejemplos de este castigo por votación fue el destierro de Temosticles, héroe de la Batalla de Maratón, Arístides, héroe de la batalla de Salamis, y Damón, un músico del siglo quinto antes de Cristo. El destierro se lograba cuando la mayoría de los votantes escribían el nombre del miembro de la sociedad que más los ofendía en un pedazo de barro. Si cierto número de personas escribían el nombre de una persona, esta debería de irse de Atenas por diez años. Así la tiranía de la mayoría se expreso en la antigua Atenas.

Un ejemplo más reciente fue la de la victoria electoral del Partido de Socialismo Nacional de Alemania en 1933 que llevo al poder a Adolf Hitler. Ahí el partido Nazi uso el incendio del Reichstag para darle a Hitler el poder que les usurpo a los individuos sus derechos a favor de los derechos colectivos. Aunque no fue una democracia directa la que llevo a Hitler al poder, la idea de la soberanía de la mayoría justifico el exterminio sistemático en los campos de concentración de mas de 10 millones de Judíos, Gitanos, y otros opositores al las políticas del Socialismo Nacional.

Al ver estos casos extremos de la democracia, podemos contrastar que en las democracias modernas representativas la tiranía de la mayoría es frenada gracias a los contrapesos constitucionales y tecnicalidades legales que protegen a las minorías de los caprichos de la mayoría. La idea que la mayoría es soberana y puede dominar a las minorías solo lleva a la opresión y hasta el genocidio. Las tecnicalidades que protegen las minorías, no son excesos oligárquicos que oprimen a las mayorías.

Pero lo más importante es recordar que la minoría más pequeña es el individuo. Cuando la democracia no considera al individuo como el bloque básico de la sociedad, sino que asume que la sociedad es una colección de clases, gremios, sindicatos, partidos o agrupaciones, el individuo se vuelve desechable ya que el mismo solo es parte de un grupo. Y como una uña encarnada, el individuo es desechado del cuerpo al que causa incomodidad. Cuando dejamos de ver a la sociedad como una colección de individuos, todos de nuestros derechos son sacrificados para el bien del grupo.

En una sociedad, el individuo debe ser el soberano de su propia vida, y no una ofrenda de sacrificio para la sociedad y el estado. La colectivización de la soberanía solo nos lleva a una tiranía. Cuando los grupos son el centro de la sociedad, se crea una guerra civil entre los grupos de poder y de presión para obtener los favores del estado. Una democracia sin protección de los derechos soberanos del individuo solo llevara a una tiranía de la mayoría.

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