viernes, 11 de septiembre de 2009

Una Teoría Impracticable se Debe Descartar.

Por Roberto Chahin


Recientemente he tenido una discusión repetidamente con varias personas debido a mi artículo anterior. Esta se centra en la idea común que el Socialismo es una teoría elegante que fracasa cuando se enfrenta a las realidades inevitables del Mercado. Yo propongo que es incorrecto admirar a una teoría que es impracticable y concederle a sus promotores el titulo de grandes intelectuales.

Si definimos que una teoría es un conjunto de conceptos que proponen describir la realidad correctamente o una seria de reglas que guían las acciones de los actores racionales para lidiar con la realidad, entonces una teoría forzosamente debe de ser práctica. La realidad es el marco de referencia con el que medimos la validez de lo propuesto. Si la teoría choca con la realidad, la teoría debe de ser reexaminada para determinar en que punto contradice a la realidad. Pretender lo contrario es aceptar una realidad subjetiva creada por los caprichos de quien propone la tesis fracasada, y al mismo tiempo es aseverar que el ser humano es incapaz de conceptuar la realidad.

Por muy absurdo que parezca, muchos mal llamados intelectuales proponen precisamente eso. En la corriente filosófica llamada Pragmatismo, se propone dispensar de los conceptos absolutos y rígidos a cambio de conceptos maleables a la circunstancia inmediata para lograr metas a corto plazo. ¿Por que solo a corto plazo? Porque según ellos, la naturaleza subjetiva de la realidad es inescrutable por la mente humana, y por eso su visión mas allá del momento inmediato es opaca. Esta premisa dogmática de subjetividad inescrutable la heredamos de Platón y su alegoría de la cueva, de las diversas teologías que pretenden cambiar el destino con una oración, de Immanuel Kant y su escepticismo de la capacidad de la razón, de Jean-Paul Satre y su primacía de la conciencia sobre la existencia, de la trilogía cinematográfica de “The Matrix” y de libros como “El Secreto” de Rhonda Byrne.

Cuando los socialistas encuentran que el mercado frustra la meta utópica de la “Justicia Social”, su reacción pragmática es tratar de modificar y regular al Mercado. Al evadir el análisis racional, y usar sus emociones y caprichos como su guiá y fuente de conocimiento, tratan de cambiar la realidad que el ser humano necesita el Mercado.

El Hombre solo puede relacionarse racionalmente con sus semejantes por medio de intercambios de mutuo beneficio, tanto en el área de productos y servicios, como en las relaciones amistosas y hasta románticas. Una relación sostenible entre un empresario y sus clientes, empleados y suplidores requiere que todos los participantes se beneficien satisfactoriamente. Si cualquiera de los actores se ve forzado a perder, la relación fracasará tarde o temprano. La única forma de lograr mantener la relación que racionalmente seria insostenible es la amenaza de violencia de parte de uno de los participantes, o por el Estado. En el Socialismo, el Estado obliga a los actores del Mercado a actuar en contra de su propio beneficio para lograr el “Bien Común”.

Cuando los estados socialistas (o fascistas) tratan de cambiar las reglas del Mercado para así lograr sus utopías, lo único que logran son los Mercados Paralelos. El surgimiento de estos Mercados Negros (en muchos casos hasta con su propio sistema monetario), deja en evidencia que los seres humanos no abandonarán lo que necesitan para sobrevivir ya que su naturaleza y la realidad requiere que las relaciones interpersonales sean racionales, de beneficio mutuo y libres de amenazas y chantajes. No importa si en Alemania Nazi, en Rusia Bolchevique, o en Venezuela Chavista, la realidad de la necesidad humana del intercambio racional en el Mercado es ineludible.

Los pseudointelectuales que siguen promoviendo el Socialismo quieren evadir la realidad como Keanu Reeves evadía las balas en “The Matrix”. La única forma que su tesis funciona es si controlan o destruyen los mercados. Pero esto es imposible ya que espontáneamente surgen los mercados paralelos. Y cuando aun estos no logran llenar las necesidades de las personas, sus sistemas caen como lo hizo la Unión Soviética a finales de los años ochenta. Al no tomar en cuenta esta realidad, la teoría del socialismo es incompleta y por eso fracasa y debe de ser descartada.

viernes, 21 de agosto de 2009

Socialismo: Ni en Papel Sirve

Por Roberto Chahín

En Honduras, así como en el resto de América Latina, existe una lucha entre los que promueven el socialismo y los que pelean en su contra. Aunque muchas de estas luchas son intensas y físicas, el verdadero conflicto es uno de ideas. Detrás de cada pancarta y lema pintado en una pared hay una persona tratando de expresar su filosofía de vida. Lo que la autodenominada “resistencia” en Honduras expresa con una elocuencia emocional y poco razonada es que para ellos el socialismo que el ex-presidente Zelaya traería a su regreso mesiánico es la utopía esperada.

Los pseudointelectuales detrás de la idea de resucitar esta filosofía fracasada fallan no tanto en su secuencia lógica, si no que en su punto de partida. Ellos han construido una estructura ideológica basada en conceptos que ellos consideran verdades a priori, pero en realidad no son mas que dogmas que ellos toman como artículos de fe incuestionables. Estas premisas son las que debemos rebatir ya que no son mas que una evasión de la realidad.

El concepto socialista de que el miembro mas capaz de una sociedad esta obligado a trabajar para el bien del mas necesitado es la culminación lógica del error de tomar como canon que la vida de cada individuo no tiene valor. Para ello, cada ser humano nace inicuo e incapaz, y vive en un universo malévolo que busca destruirlo con catástrofes constantes. La única forma para que la raza humana sobreviva es que cada individuo trabaje para el bien de todos los de su projimo, y debe de tener fe que todos los demás harán lo mismo y así beneficiarse del altruismo colectivo.

¿Pero es en realidad el ser humano malintencionado y al mismo tiempo indefenso? Para creer esto hay que tener dos premisa básicas: que el deseo humano que lo empuja proteger su vida por sobre todas las cosas es su pecado original, y que la Razón, herramienta básica del ser humano, es incapaz de vencer los retos que le presentan el supuesto universo malévolo. El resultado de estas premisa es la condena del egoísmo y el menosprecio de los logros humanos. Esto toma un tono folclórico en Honduras ya que la reacción automática de los promotores del socialismo al ver el triunfo ajeno es acusar a la persona exitosa de ser explotador, narcotraficante, lavador de activos o de tener padrino político para robarle al estado. Nunca se les cruza por la mente a estos jueces sin cartera que la persona pudo haber logrado su exitosa vida por medio de su capacidad mental, esfuerzo y disciplina que le permitió acumular sus ingresos y así crear riqueza. Es por eso que les parece inmoral que esta persona no reparta su riqueza con los que en realidad no tuvieron la misma capacidad, empuje y autocontrol.

Existen dos consecuencias incongruentes a estas suposiciones. Primero, si el universo es malévolo, la vida moderna debería de estar plagada de catástrofes de tal proporción que la población humana se vería reducida a pequeños grupos. No es casualidad que esto era el estado del mundo antes de la Revolución Industrial. Solo cuando se aplicó la Razón para resolver el problema de como lograr sobrevivir se logra desenmascarar el fantasma del universo depredador y se revela que la supervivencia humana ni le va ni le viene. Gracias a hombres y mujeres que usaron su capacidad mental para lidiar creativamente con su realidad se logra mejorar la producción y crear un ambiente favorable para la vida humana. Como testimonio de esto tenemos la explosión demográfica a raíz de la Revolución Industrial causada por la mayor capacidad de supervivencia. Y no solo sobreviven mas personas con una vida promedio mas larga, sino que mejora la calidad de vida de cada ser humano en la tierra. Pero desde Thomas Malthus hasta Al Gore, los que se aferran a la idea que el universo sigue siendo malévolo han creado el mito que la sobrepoblación será la semilla de las catástrofes futuras, ya sean por congelamiento o calentamiento global, falta de agua o alimentos, o cualquier otro castigo que la “Madre Naturaleza” nos quiera dar por la osadía de querer vivir.

La segunda incongruencia es que al querer repartir los frutos del trabajo de los mas capaces entre los mas necesitados, se rompe la relación de causa y efecto que existe entre el esfuerzo y la recompensa. Si siguiéramos el plan de gobierno de los socialistas, los que necesitan obtendrían recompensas sin esfuerzo y los productores no recibirían la recompensa por su esfuerzo. En otras palabras, los productores serian los sirvientes de los necesitados. Esta esclavitud se justifica en sus mentes porque la producción lograda no es el resultado de el esfuerzo mental. ¿Como es posible, dirían ellos, si la mente es incapaz y la Razón no es suficiente para vencer al cruel universo? Pero solo hay que ver la evidencia de la capacidad de la mente humana para ver lo equivocados que están los que la menosprecian. La evidencia es tan concreta como los edificios de mas de cien pisos, o los aviones que cargan por los aires lo que en tiempos medievales seria la población completa de un pueblo. Así como una fabrica no baja del cielo, sino que es la consecuencia del propósito de los dueños que la han construido gracias al esfuerzo mental, físico y financiero de todos los involucrados en un proceso de beneficio mutuo proporcional, así también no se puede considerar su producción como un bien común para distribuir sus frutos a quienes no se esforzaron en el proceso. La redistribución de la riqueza es la negación de que hay causas para cada efecto, y su relación tampoco se puede reversar. La confiscación de una industria no da la inteligencia para crearla o hacerla producir. Vea como la industria petrolera Venezolana ha reducido su producción desde que el régimen Bolivariano ha ido expropiando los activos de los participantes y suplidores privados de PDVSA.

Los hondureños que añoran un país socialista lo hacen basados en una negación de la realidad. Para muchos de ellos, la atracción es la promesa de recompensas sin esfuerzo. Algunos los seduce mas la idea de vengarse de los supuestos explotadores a quienes acusan de causar su presente desgracia. Y también hay aquellos que simplemente han aceptado que son incapaces de enfrentar la realidad solos y buscan la seguridad del grupo a cambio de su individualidad. Pero cualquiera se la motivación superficial, todos basan su amor del socialismo esencialmente en la evasión de las verdades que implican aceptar que sus vidas son la responsabilidad de cada individuo ya que si tienen la capacidad de lidiar con la realidad de un universo indiferente. Al aceptar que la Razón es la poderosa arma que cada persona posee para lograr la meta básica de sobrevivir, es mas practico buscar soluciones a los problemas de la vida, que depender del supuesto altruismo colectivo.

martes, 14 de julio de 2009

Definiendo el Altruismo

Mucha de la sociedad contemporánea esta basada en la idea que el altruismo es el estándar moral por el que se debe medir a las personas. Tanto algunas filosofías humanistas como las religiones basan su marco ético en la idea que la meta del individuo debe ser el servicio al prójimo. En casos extremos, este código de ética llama a humillarse ante los enemigos dando la otra mejilla, o al suicidio ritualista para vengar al colectivo. A eso se le llama altruismo. El altruismo se define como la idea de vivir para servir a los demás, el poner el bien de los demás por encima del propio.

La razón por la cual tanto la religión, como algunas filosofías humanistas ponen el concepto de autoinmolación altruista como un código de ética es porque erróneamente achacan todos los males de la sociedad al egoísmo y la búsqueda del interés propio de los individuos. Los proponentes de este precepto moral tienen una perspectiva tribal que ve al individuo como un fragmento desechable de un ente con nombres como Pueblo, Patria, Congregación, Raza y otros. La persona ideal para ellos es el individuo que esta listo a dar su vida por el grupo. Aunque se conforman con ver que las personas cedan lo mejor de ellas a los demás.

Gracias al error histórico de culpar por todos los males de la sociedad al individuo que busca su beneficio propio, la palabra egoísta ha tomado un carácter peyorativo. Los lideres de los movimientos religiosos y sociales, ya sean "progresistas" o "conservadores", ven al individuo que se priorisa a si mismo y su supervivencia como la raíz de todo el mal. Este ser egoísta es atacado físicamente y con dedos acusadores por buscar su supervivencia y superación por sobre todas las cosas. La resistencia al egoísmo es el dogma que los religiosos comparten con los socialistas y los fascistas.

Pero el egoísmo no es la raíz del mal, sino que el manantial de los logros humanos. Si una sociedad es conformada por individuos egoístas que buscan su beneficio propio racionalmente, viendo al futuro y respetando el derecho de los demás a ser egoísta también, entonces cada individuo dará lo mejor que puede voluntariamente para obtener el mayor beneficio para si mismo, sin sospechas de las intenciones de su vecino. La transparencia de motivos en este tipo de sociedad abre las puertas al comercio ético y la creación de la riqueza para todos los participantes en proporción a su talento y esfuerzo. La producción no es mas que el resultado del uso de la razón aplicado al deseo egoísta de sobrevivir y hacerlo con excelencia.

Cuando se demoniza al egoísmo, se condena a los seres humanos a la muerte ya que su deseo natural de sobrevivir es también condenado. Cuando el ser humano es visto como un animal para ser sacrificado para el beneficio de los demás, su deseo de excelencia desaparece y la mediocridad queda como su meta. Porque cuando es inmoral producir riqueza y quedarsela, pero moral recibir la riqueza creada por otros, la producción cesara y los métodos de supervivencia serán la intimidación, la fuerza y la falsa culpabilidad. Solo en una sociedad tribal e irracional se puede esperar que un ente vivo vaya en contra de su naturaleza, y busque la muerte para que otro viva, cuando existen alternativas que mejoran la vida de cada persona.

jueves, 9 de julio de 2009

Porque el Socialismo No Logra la Solidaridad Social

Las personas que son campeones del socialismo hablan mucho de la solidaridad social. Para ellos la solidaridad es la base de una sociedad feliz y en paz. La raíz de este ideal es la propuesta de Karl Marx que manda que cada persona reciba según sea su necesidad y cada persona dé según sea su habilidad. La solidaridad social también tiene su base en la filosofía del Utilitarismo, que reza que la sociedad ideal existe cuando se logra el mayor bien para la mayor cantidad de personas. Pero en práctica, estas ideas llevan más bien al resentimiento interpersonal y la animosidad.

Las premisas erróneas de la tesis de la solidaridad social deben ser exploradas. En primer lugar las sociedades no pueden ser felices ya que no son entes vivientes. Solo un ente vivo con raciocinio puede lograr la felicidad. Los individuos miembros de la sociedad si pueden ser felices o no según las acciones y decisiones que tomen. Si las acciones que el individuo decide tomar son guiadas por la razón entonces estas lograran mejorar sus vidas ya que la meta de lógica de un individuo es la preservación y promoción de su propia vida. Como recompensa de una serie de decisiones y acciones que mejoran su vida, el individuo lograra la felicidad. Si por lo contrario, el individuo toma decisiones autodestructivas, la infelicidad y la angustia lo acosaran así como el dolor físico es la consecuencia de una herida.

Además debemos ver cuales son las consecuencias del mandamiento Marxista. Si la necesidad de cada persona debe de ser satisfecha, la lógica dicta que alguien debe de proveer satisfacción. La segunda parte del mandamiento les da a las personas de mayor capacidad y habilidad la obligación de proveer lo necesario para satisfacer la necesidad del menos capaz. Implícitamente una sociedad basada en estos preceptos convierte a la persona con mayor capacidad en sirviente del incapaz. Es la obligación de las personas creativas y productivas llevar la carga de los que, por cualesquiera sea el motivo, son menos productivos. La recompensa para aquel que se esfuerza, es según Marx, la esclavitud.

El Utilitarismo, por su parte, implica que la redistribución de los bienes lograra una mayor cantidad de satisfacción. Según esta filosofía aplicada a lo económico, una persona pobre recibe un mayor beneficio marginal de una cantidad x de dinero extra, que lo que recibiría una persona rica con la misma cantidad extra al mes. Por ejemplo, si una persona que gana $250 al mes recibe un subsidio de $25, ella podrá comprar 10% más productos para ese mes. Pero si otra persona que gana $2,500 también recibe el subsidio de $25, esta solo aumentara su poder adquisitivo mensual por un 1%. Claramente la primera persona usara su subsidio para satisfacer sus necesidades básicas, mientras a la segunda le servirá como propina y su satisfacción extra es menor que la de la primera. Si se sigue esta idea en un proceso lógico, excluyendo otras consideraciones y consecuencias, se puede concluir que el agregado de las satisfacciones individuales será maximizado cuando nadie dentro de una sociedad gane más que otra.

Tomando este análisis de las primicias de la tesis de la solidaridad social que promueve el socialismo, es inevitable evadir que la real consequiencia de este ideal es la desconfianza y el resentimiento. Para cada persona que acepta que es su obligación moral ayudar a las personas más necesitadas que ella misma, tendrá que ver a cada persona que gana mas como un explotador, y al que gana menos como una carga. Cada centavo que ella gane mas que su vecino, lo tendrá que esconder ya que el necesitado tiene una hipoteca sobre su capacidad, y mirara al vecino mas capaz con sospecha, porque asumirá que el también esconde su centavo extra al cual ella tiene derecho. Solamente cuando la filantropía y la caridad sean voluntarias, sin obligaciones impuestas por coerción o culpabilidad, podrá haber una real solidaridad entre las personas. En una sociedad donde el capaz es el esclavo del mediocre, nadie querrá ser el esclavo pero todos querrán ser mediocres.

martes, 7 de julio de 2009

Como Pudo Llegar Zelaya al Poder / How Zelaya got into Power in the First Place

Como Pudo Llegar Zelaya al Poder

La evidencia que el estado de Honduras ha presentado en contra del ahora depuesto Presidente José Manuel “Mel” Zelaya es fuerte. Existe evidencia que apunta a una serie de irregularidades e ilegalidades en las cuales el Sr. Zelaya aparenta estar involucrado. Si toda esta evidencia es sustentada, la ley deberá enjuiciar y procesar a este señor.

La pregunta que muchos en la comunidad internacional se hacen es: ¿Como pudo haber llegado al poder el señor Zelaya, si su compas moral está tan desviado? Pero es la pregunta que los que apoyan a Mel se hacen la que da la respuesta. ¿Por qué la fiscalía no acuso en su momento a funcionarios de gobiernos anteriores también?

Los grupos que apoyan a Mel Zelaya tienen razón en hacer esta pregunta, aunque al final la respuesta no le de sustento a su argumento. En gobiernos anteriores los actos de corrupción han sido descarados, y las preferencias que han dado a un grupo de "poder" u otro de "presión" han sido violatorias del precepto de igualdad ante la ley. Tanto algunos "empresarios" que obtienen acceso preferencial en las licitaciones, como las agrupaciones gremiales que obtiene sus leyes privadas o estatutos, son beneficiados por los privilegios que el Estado Todopoderoso puede conceder según sea el placer de la pandilla de turno que lo controla.

El problema radica en la actitud de la cultura ante tales actos de ilegalidad, así como con menores violaciones al estado de derecho. En Honduras se vive en un ámbito en que pocos reclaman cuando una persona se salta la fila en el supermercado o el banco. Y las violaciones de la ley de tránsito son aceptadas como rutinarias. Los testimonios de algunos indican que existen miembros de los medios que usan su acceso a la palestra pública como método de chantaje. Esta actitud de impunidad sube la pirámide de importancia hasta llegar a las salas de poder donde se escuchan historias de funcionarios públicos que cobran dinero u otros favores por el "honor" de una conversación con ellos por escasos minutos.

Es este el vivero de corrupción que vive Honduras el cual permite que alguien con el aparente historial pasado y presente de Manuel Zelaya llegue al poder. Si el señor Zelaya no hubiese considerado el estado de derecho como débil, tal vez no se hubiese atrevido a usar una orden judicial como papel higiénico. Pero aun más importante, en una cultura donde la impunidad es rechazada, los ciudadanos de este país también hubieran indagado más acerca de la fortaleza moral del Sr. Zelaya y lo hubiesen encontrado insatisfactorio como líder.

La pregunta es: ¿los hondureños aprenderán que el estado de derecho tiene sus ventajas, aunque haya que esperar su turno en fila?
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The evidence the State of Honduras has presented against the deposed President Jose Manuel Zelaya is strong. Evidence points to a series of irregular and illegal acts in which Mr. Zelaya appears to be involved. If all this evidence pans out, this man should be prosecuted.

The question many in the international community are asking is how someone could, with such a misaligned moral compass as Mr. Zelaya is alleged to have, gain power? The answer lies in the question his supporters ask: Why didn't the Attorney General's office act with equal zeal against other public officials in the past?

Mr. Zelaya's supporters are right in asking this question, although the answer may not lend much support for their argument. In previous administrations, corruption acts have been obvious and the preferences they have shown towards either "economic groups" or "pressure groups" have violated the legal premise of equality under the law. Just like "businessmen" have gotten first dibs when bidding for government contracts, so have unions and professional guilds obtained their private laws granting them privileges by the Omnipotent State at the pleasure of whichever gang controls it at the time.

The problem has its roots in the cultural attitude towards large illegal acts, as well as minor violations of the rule of law. Hondurans live in an environment where queue jumpers, whether at the bank or in the supermarket, are not confronted. Traffic violations are taken for granted. Many businessmen confide in one another that members of the media blackmail them with bad press. This attitude of impunity rises all the way to the top of the pyramid of power where some public officials are said to charge a fee or other favors for the "honor" of access to them for a scant few minutes.

In this incubator of corruption in which Hondurans live, it is possible someone with the alleged past and present track records of Manuel Zelaya to rise to power. Perhaps if Mr. Zelaya had not seen the rule of law in his country as weak, he would have not used a court order as toilet paper. But more importantly, in a more law abiding culture, voters might have looked into the moral fortitude of Mr. Zelaya and would have found him wanting.

The question now is, will Hondurans learn that the rule of law has its advantages even if they have to learn to wait their turn in line?

martes, 30 de junio de 2009

Honduras defiende su democracia

29 de junio de 2009
Honduras defiende su democracia
29 de junio de 2009

por Mary O'Grady

Mary Anastasia O’Grady es editora de la columna de las Américas del Wall Street Journal.
La campaña de Hugo Chávez para forjar una coalición sufrió un revés ayer cuando las Fuerzas Armadas de Honduras derrocó a su presidente por abusar de la Constitución del país.
Al parecer, el presidente Manuel Zelaya calculó mal cuando intentó emular el éxito de su buen amigo Hugo en reformar la constitución hondureña a su gusto.

Continua . . . http://www.elcato.org/node/4427

miércoles, 24 de junio de 2009

Definiendo La Justicia Social

Uno de los valores que los grupos de presión en Honduras dicen defender es la llamada “Justicia Social”. Desgraciadamente, nadie de ellos se toma la molestia de hacer un análisis del significado de este lema que tanto mancha las paredes de Tegucigalpa. Al no definir el lema, este se convierte en un cheque en blanco que puede ser usado para darle a cualquier resentimiento un aire de intelectualidad y moralidad.

Hay que comenzar por definir ambas palabras de este lema para tener una idea de lo que podría significar.

La justicia se podría definir como el proceso que da a cada persona lo que merece según sus acciones. Para determinar si la justicia debe castigar o recompensar a un individuo, se debe hacer un juicio moral en base a hechos concretos de sus acciones usando la razón como criterio básico. La base moral que usa la razón debe de tener como valor máximo la vida humana. Todo aquello que promueve el bienestar de la vida humana es lo bueno; todo lo que la destruye es lo malo. Solo usando la razón, se puede determinar que es lo moral. Si dejamos que las emociones, y no la razón, sean la fuente de conocimiento y criterio de análisis, entonces dejamos que la neurosis y traumas psicológicos de cada persona sean las guías morales de la acción interpersonal y la base de la justicia. Tampoco se puede usar como estándar las ideas dogmaticas que no pueden ser probadas y cuya base incluye algunos mitos que datan de la edad de bronce. El juicio moral solo es aplicable a las acciones voluntarias (incluyendo la omisión y la evasión) ya que todo aquello que es involuntario y no esta sujeto a elección entre dos opciones o más, no puede ser fuente de culpabilidad o heroísmo.

Lo social se refiere a lo pertinente a la sociedad. La sociedad se la colección de personas individuales en un área geográfica y la suma de todas las interacciones entre estos individuos. Se debe de entender que el bloque básico de la sociedad es el individuo, como ente vivo. Una agrupación de individuos dentro de la sociedad no adquiere el estatus de organismo viviente, sigue siendo solo una agrupación de personas. Asumiendo esto, la sociedad no se puede subdividir en agrupaciones de individuos que tienen derechos y valores en si. El grupo podrá ser compuesto por individuos con derechos y valores en común, pero no deja de ser un grupo de individuos. Los individuos tendrán derechos, pero no pueden existir derechos de grupo porque los derechos y valores solo los pueden tener los entes vivos individuales con capacidad de decisión voluntaria.

Cuando juntamos estos dos conceptos en un lema encontramos una contradicción: la justicia solo es aplicable a los individuos y no a la sociedad ni a los grupos. La decisión entre el bien y el mal, entre lo que promueve la vida y lo que promueve la muerte solo lo puede decidir un ente vivo. Un grupo de entes vivos podrán estar de acuerdo en promover la vida como valor o la destrucción de la misma como su fin. Pero es el individuo el que escoge participar en el grupo. La decisión moral es del individuo, y sus consecuencias le pertenecen como agente moral. La decisión del grupo es la suma de las decisiones de cada uno de sus miembros.

Los grupos de presión usan el lema de Justicia Social para llamar a la redistribución de la riqueza. ¿Pero será justo castigar a un grupo para beneficiar a otro? Pues como solo los individuos son moralmente responsables, la justicia se debe aplicar a los individuos. Si dentro de las llamadas oligarquías existen individuos que obtuvieron su riqueza reduciendo la calidad de vida de otros individuos, lo justo seria expropiarle la riqueza mal habida al primero para retribuir el daño a los individuos específicos que fueron perjudicados. La justicia no haría su trabajo racional expropiándole la riqueza a todo un grupo de personas sin tomar en cuenta como obtuvieron su riqueza y repartiéndola entre otro grupo en que solo unos pocos pueden realmente demostrar que su pobreza es consecuencia directa de las acciones de personas especificas. El resto del grupo solo podrá decir que el sistema no los favoreció y por eso es injusto y hay que buscar a alguien a quien echarle la culpa. Se debe preguntarles a los individuos de este grupo, ¿qué acciones y decisiones tomaron o evadieron que no les permitió salir adelante dentro del sistema? ¿Acaso escogieron la fiesta y evadieron el estudio? ¿O escogieron el ocio y evadieron el trabajo? ¿Tomaron responsabilidad de sus acciones o buscaron un chivo expiatorio? Estas acciones y evasiones que escogieron son las que determinan lo que la justicia racional les depara. Si nos apartamos de la justicia racional cuya moralidad tiene como valor supremo la promoción de la vida, ¿cuál será la base moral de la alternativa a la razón?

lunes, 15 de junio de 2009

Definiendo La Democracia

Por Roberto Chahin

En los últimos meses hemos escuchado la tesis que el “soberano” pueblo esta por arriba de la ley, y por eso se podrá modificar la constitución hondureña no importando las tecnicalidades legales a que se enfrenten. Esta tesis implica que la democracia se define como el reino soberano de la mayoría de los votantes sobre el resto de la sociedad. El problema es que esta democracia directa y absoluta tiene una multitud de consecuencias trágicas para los derechos de los individuos que forman parte de la sociedad.

Como lo demuestra la historia, la democracia directa y absoluta puede ser trágica para los individuos y grupos minoritarios de la sociedad.

La democracia directa se implemento por primera vez en la antigua Atenas. Este sistema permitió hechos como el destierro de los individuos no deseados por la mayoría. Ejemplos de este castigo por votación fue el destierro de Temosticles, héroe de la Batalla de Maratón, Arístides, héroe de la batalla de Salamis, y Damón, un músico del siglo quinto antes de Cristo. El destierro se lograba cuando la mayoría de los votantes escribían el nombre del miembro de la sociedad que más los ofendía en un pedazo de barro. Si cierto número de personas escribían el nombre de una persona, esta debería de irse de Atenas por diez años. Así la tiranía de la mayoría se expreso en la antigua Atenas.

Un ejemplo más reciente fue la de la victoria electoral del Partido de Socialismo Nacional de Alemania en 1933 que llevo al poder a Adolf Hitler. Ahí el partido Nazi uso el incendio del Reichstag para darle a Hitler el poder que les usurpo a los individuos sus derechos a favor de los derechos colectivos. Aunque no fue una democracia directa la que llevo a Hitler al poder, la idea de la soberanía de la mayoría justifico el exterminio sistemático en los campos de concentración de mas de 10 millones de Judíos, Gitanos, y otros opositores al las políticas del Socialismo Nacional.

Al ver estos casos extremos de la democracia, podemos contrastar que en las democracias modernas representativas la tiranía de la mayoría es frenada gracias a los contrapesos constitucionales y tecnicalidades legales que protegen a las minorías de los caprichos de la mayoría. La idea que la mayoría es soberana y puede dominar a las minorías solo lleva a la opresión y hasta el genocidio. Las tecnicalidades que protegen las minorías, no son excesos oligárquicos que oprimen a las mayorías.

Pero lo más importante es recordar que la minoría más pequeña es el individuo. Cuando la democracia no considera al individuo como el bloque básico de la sociedad, sino que asume que la sociedad es una colección de clases, gremios, sindicatos, partidos o agrupaciones, el individuo se vuelve desechable ya que el mismo solo es parte de un grupo. Y como una uña encarnada, el individuo es desechado del cuerpo al que causa incomodidad. Cuando dejamos de ver a la sociedad como una colección de individuos, todos de nuestros derechos son sacrificados para el bien del grupo.

En una sociedad, el individuo debe ser el soberano de su propia vida, y no una ofrenda de sacrificio para la sociedad y el estado. La colectivización de la soberanía solo nos lleva a una tiranía. Cuando los grupos son el centro de la sociedad, se crea una guerra civil entre los grupos de poder y de presión para obtener los favores del estado. Una democracia sin protección de los derechos soberanos del individuo solo llevara a una tiranía de la mayoría.

miércoles, 14 de enero de 2009

La Creación de la Riqueza.

Un análisis de Roberto Chahín

La riqueza que muchos codician, otros menosprecian y unos pocos trabajan para obtener, requiere una definición para poder ser analizada. La riqueza es en esencia el poder adquisitivo que ha sido acumulado, en vez de haber sido consumido.

El poder adquisitivo es la habilidad de convencer por medio de la razón, sin violencia ni coerción, a una persona a ceder su propiedad o sus servicios a cambio de algo que el comprador ofrece. Si el comprador puede convencer al vendedor que lo que él ofrece tiene igual valor o mayor a lo que se quiere adquirir, entonces el intercambio toma lugar. Esta es la base del comercio libre: el intercambio libre para el beneficio mutuo de los participantes.

¿Pero como se posible intercambiar un producto por otro y que los dos participantes salgan ganando? Para que esto suceda, cada uno de los participantes del intercambio debe tener la capacidad de obtener, producir o proveer el bien o el servicio a un precio menor que al que su contraparte lo podría obtener, producir o proveer por si mismo. Cada uno de los participantes debe especializarse en la producción del bien o el servicio que ellos proveen de tal forma que la producción sea más eficiente de lo que podría hacer la otra persona.

La especialización económica es el proceso de la búsqueda de métodos para producir un bien o servicio de una forma mas eficiente que lo que un consumidor lo podría proveer para si mismo. Este proceso requiere que el productor invierta su esfuerzo físico, mental y económico para desarrollar el proceso y equipo necesario para obtener una ventaja productiva y así poder llevar al mercado un producto a un precio favorable para el comprador y para si mismo.

El precio de una pizza servida por un restaurante es menor que lo que le costaría a un consumidor cocinarla por si mismo, cuando tomamos en cuenta el costo del tiempo, del equipo y de los ingredientes para el consumidor. Pero, si en vez de ir a un restaurante, el consumidor va a una pizzería, donde se especializan solo en pizzas, el costo para el productor será aun menor que para el restaurante, ya que la pizzería tendrá un equipo e inventario especial, lo cual permitirá la producción a menor costo. La pizzería podrá vender a un precio menor que el restaurante, y aun así, logrará mayor ganancia. El consumidor también gana ya que se ahorra la diferencia entre no solo estos dos restaurantes, sino que el costo de producir la pizza por si mismo. Estos ahorros y ganancias son poder adquisitivo, en la forma de dinero, que se pueden gastar en otros bienes o servicio, o ahorrar para crear riqueza.

Analizando esta relación, se puede concluir que la especialización económica es la causa inicial que permite la acumulación del poder adquisitivo, si el consumidor o el productor deciden ahorrar sus ganancias de la relación comercial que les ha beneficiado a ambos. Esta nueva riqueza puede, a la vez, crear mas poder adquisitivo, si se invierte en mayor producción. Y así se crea un circulo virtuoso que aumenta la riqueza de quien invierte su exceso de poder adquisitivo.

¿Pero cual es la causa que nos da el efecto que es la especialización económica que tanto beneficio trae? Es el deseo del lucro personal en combinación de la creatividad y esfuerzo del productor. Los métodos que él inventa, la maquinaria que diseña y el capital y tiempo que arriesga para lograr la productividad superior que le permiten la especialización, son el manantial de la riqueza. Porque los inventos no caen del cielo y las fábricas no son un recurso natural, así la riqueza no es tampoco un bien común. La riqueza es el efecto del esfuerzo creativo en búsqueda del lucro personal del individuo productor.

Pero en el proceso de creación de esta especialización económica, el beneficio no es solo de la persona que inventó el método nuevo o la maquina eficiente. Hay que recordar que el consumidor ahorra su tiempo y poder adquisitivo para consumirlo en mayor bienestar o para ahorrarlo y crear más riqueza. También se beneficia el trabajador que el productor contratará para operar sus métodos y maquinas. El trabajador es otro agente económico que provee el servicio de mano de obra para su lucro personal. Gracias al productor creativo y su búsqueda de lucro personal, el trabajador tendrá un nuevo cliente a quien venderle sus servicios.

Como ente económico, el trabajador tiene las mismas oportunidades para crear riqueza por medio de la especialización. Su mano de obra se vuelve más eficiente con la educación y la experiencia. En muchos casos, el productor mismo proveerá el entrenamiento necesario para que el trabajador implemente su nuevo proceso eficiente. Un trabajador con habilidades podrá así cotizar su mano de obra a mayor precio, gracias al productor que la requiere y que en muchos casos provee el entrenamiento.

Pero cuando por decreto gubernamental se obliga al productor, con la coerción de acción legal que basa su autoridad en la capacidad del Estado de usar la violencia, a comprar mano de obra a un precio mínimo dictado, se rompe la harmonía del comercio libre entre individuos que buscan un lucro mutuo. Esta harmonía se quebranta también cuando los trabajadores dejan de actuar como individuos y se colectivizan con el simple propósito de extorsionar con fuerza e intimidación, lo que por razón como individuos no pudieron negociar con quien les provee la oportunidad de vender su mano de obra.

Estas dos acciones coercitivas tienen como fin la redistribución de la riqueza que emana de la creatividad y esfuerzo del individuo productor. Esta riqueza no emana de quien empuja el botón de una maquina, sino de quien invento, arriesgo y se esforzó para que la maquina tuviera un botón que empujar. Es gracias a este productor que el trabajador se puede ganar la vida empujando un botón y no un arado artesanal en una finca de subsistencia con tecnología de la edad de bronce.

La riqueza tiene una causa: la mente creativa del individuo que busca el lucro propio. Esta riqueza se distribuye naturalmente con los beneficios que recibe el consumidor, al poder comprar productos al mejor precio, y los que recibe el trabajador calificado, al tener mercado para vender su mano de obra. Estos beneficios se reparten según la capacidad de cada individuo en la cadena productiva. Si el trabajador cree poder vender su mano de obra a mejor precio, el tiene la opción de cambiar de trabajo. Un consumidor libremente escoge que productos comprar según sus preferencias. Si el productor quiere cobrar mucho por un producto que tiene substitutos, entonces el consumidor no le comprara. En un mercado libre donde la razón, y no la amenaza latente de violencia, es la que dirige el intercambio de bienes y servicios, la distribución de la riqueza se hará según la capacidad que el agregado de los entes económicos juzguen correcto por medio de sus decisiones de consumo.

Cuando el Estado amedrentador fija precios mínimos o máximos para los factores de producción o los productos terminados, se violenta la ley de la oferta y la demanda ya que obliga a que las transacciones sucedan a precios arbitrarios que distorsionan las señales de mercado. Al forzar la transacción se violenta los derechos de unos entes económicos a favor de otros al no poder usar la razón en el proceso de la negociación para el consumo y la inversión. La identidad del sacrificado varía según la ideología política de la pandilla que controla el poder excesivo del Estado. Pero sean los trabajadores o los empresarios con cuello los beneficiarios del padrinaje estatal, la distribución natural de la riqueza será distorsionada a discreción de los políticos de turno.