jueves, 9 de julio de 2009

Porque el Socialismo No Logra la Solidaridad Social

Las personas que son campeones del socialismo hablan mucho de la solidaridad social. Para ellos la solidaridad es la base de una sociedad feliz y en paz. La raíz de este ideal es la propuesta de Karl Marx que manda que cada persona reciba según sea su necesidad y cada persona dé según sea su habilidad. La solidaridad social también tiene su base en la filosofía del Utilitarismo, que reza que la sociedad ideal existe cuando se logra el mayor bien para la mayor cantidad de personas. Pero en práctica, estas ideas llevan más bien al resentimiento interpersonal y la animosidad.

Las premisas erróneas de la tesis de la solidaridad social deben ser exploradas. En primer lugar las sociedades no pueden ser felices ya que no son entes vivientes. Solo un ente vivo con raciocinio puede lograr la felicidad. Los individuos miembros de la sociedad si pueden ser felices o no según las acciones y decisiones que tomen. Si las acciones que el individuo decide tomar son guiadas por la razón entonces estas lograran mejorar sus vidas ya que la meta de lógica de un individuo es la preservación y promoción de su propia vida. Como recompensa de una serie de decisiones y acciones que mejoran su vida, el individuo lograra la felicidad. Si por lo contrario, el individuo toma decisiones autodestructivas, la infelicidad y la angustia lo acosaran así como el dolor físico es la consecuencia de una herida.

Además debemos ver cuales son las consecuencias del mandamiento Marxista. Si la necesidad de cada persona debe de ser satisfecha, la lógica dicta que alguien debe de proveer satisfacción. La segunda parte del mandamiento les da a las personas de mayor capacidad y habilidad la obligación de proveer lo necesario para satisfacer la necesidad del menos capaz. Implícitamente una sociedad basada en estos preceptos convierte a la persona con mayor capacidad en sirviente del incapaz. Es la obligación de las personas creativas y productivas llevar la carga de los que, por cualesquiera sea el motivo, son menos productivos. La recompensa para aquel que se esfuerza, es según Marx, la esclavitud.

El Utilitarismo, por su parte, implica que la redistribución de los bienes lograra una mayor cantidad de satisfacción. Según esta filosofía aplicada a lo económico, una persona pobre recibe un mayor beneficio marginal de una cantidad x de dinero extra, que lo que recibiría una persona rica con la misma cantidad extra al mes. Por ejemplo, si una persona que gana $250 al mes recibe un subsidio de $25, ella podrá comprar 10% más productos para ese mes. Pero si otra persona que gana $2,500 también recibe el subsidio de $25, esta solo aumentara su poder adquisitivo mensual por un 1%. Claramente la primera persona usara su subsidio para satisfacer sus necesidades básicas, mientras a la segunda le servirá como propina y su satisfacción extra es menor que la de la primera. Si se sigue esta idea en un proceso lógico, excluyendo otras consideraciones y consecuencias, se puede concluir que el agregado de las satisfacciones individuales será maximizado cuando nadie dentro de una sociedad gane más que otra.

Tomando este análisis de las primicias de la tesis de la solidaridad social que promueve el socialismo, es inevitable evadir que la real consequiencia de este ideal es la desconfianza y el resentimiento. Para cada persona que acepta que es su obligación moral ayudar a las personas más necesitadas que ella misma, tendrá que ver a cada persona que gana mas como un explotador, y al que gana menos como una carga. Cada centavo que ella gane mas que su vecino, lo tendrá que esconder ya que el necesitado tiene una hipoteca sobre su capacidad, y mirara al vecino mas capaz con sospecha, porque asumirá que el también esconde su centavo extra al cual ella tiene derecho. Solamente cuando la filantropía y la caridad sean voluntarias, sin obligaciones impuestas por coerción o culpabilidad, podrá haber una real solidaridad entre las personas. En una sociedad donde el capaz es el esclavo del mediocre, nadie querrá ser el esclavo pero todos querrán ser mediocres.

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